Carola Bruna es la docente destacada de este mes y en esta entrevista conversa acerca de sus proyectos futuros, su relación con los estudiantes y de qué forma un académico impacta en ellos.

¿Cómo fueron sus inicios en el área académica en la Universidad?

Fue un camino continuo, desde el pregrado y postgrado, me formé para eso, siempre orgullosa de estar en el Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la UdeC. Lo que no esperaba era mi creciente interés por la docencia en educación superior. Comencé haciendo ayudantía, luego seminarios y en la etapa de redacción de la tesis, empecé a hacer clases como colaborador docente, siendo contratada en junio del 2008.

Desde entonces he ido dejando la investigación en ciencia poco a poco y hoy puedo decir que la actualización y el mejoramiento de la docencia, especialmente en el contexto de la formación de científicos, es mi actividad principal. Fuera de la participación de excelentes personas/científicos en mi formación, de quienes tanto aprendí, un aspecto a destacar es el ambiente de respeto y camaradería de mi departamento. Compartimos los éxitos y nos apoyamos cuando las cosas no salen como esperábamos. Realmente es un privilegio mi lugar de trabajo y mis colegas.

¿Qué podría destacar de su trayectoria como docente?

Considero que para concretar cualquier cosa en la vida es clave estar motivado. Me he ido autoformando continuamente, asistiendo a todo tipo de cursos, charlas y talleres. Creo que ha sido importante la decisión de ir aplicando en el aula lo que aprendo y así pasé de ser aprendiz a relatar talleres desde la experiencia. Transformar esas experiencias en presentaciones en congreso y publicación fue lo natural por mi formación. La colaboración con el Departamento de Educación Médica de la UdeC y con el Centro de Investigación y Mejoramiento de la Educación de la UDD, ha elevado el nivel de lo que hago y he intentado compartirlo con otros en la universidad, tal como ellos lo hicieron conmigo.

¿Qué diferencias observa entre los estudiantes de antes y de hoy?

Para mí los de antes era mi generación, que entramos a la U hace un poco más de 20 años. Claro que el estudiante de hoy ha cambiado, lo cual es natural, en gran parte lo veo como una oportunidad, ya que el estudiante de hoy maneja las tecnologías, es multitarea, tiene opinión y quiere conectarse con las necesidades sociales. Entonces surge el desafío, desde la exigencia no explícita, de sentir que la universidad los hace crecer y que tiene un sentido más allá de la disciplina. Lo negativo, pienso que se requiere más nivelación inicial, lo que es un indicador de que más sectores están accediendo a educación superior y tendremos que ver cómo responder a eso. También veo que al estudiante de hoy hay que motivarlo más, en general no hace las cosas porque así se conciben y es un deber, no se va a apropiar de sus temas de trabajo de fin de carrera si no le gusta ya sea el tema, ambiente o profesor. Pienso que tienen menos miedo a probar, a salirse del camino clásico, eso es muy bueno, pero implica menos apego a los procedimientos y reglamentos.

¿De qué forma impacta un docente en la formación de sus estudiantes?

Hay muchos puntos de vista respecto de este tema. Yo estoy en una facultad de ciencias, entonces muchas carreras pasan fugazmente por nuestras asignaturas en la etapa inicial de su formación. Interactuamos muy poco. En ese caso, yo creo que la función, fuera del aprendizaje de la disciplina, es trasmitir la pasión por la ciencia y contextualizar los conocimientos en aplicaciones útiles para ellos. Lograr que sientan que son “embajadores” del conocimiento, considerando tanta información y creencias erróneas disponibles en las redes sociales y medios de comunicación.

En las carreras y programas de postgrado en los que tenemos más contacto, creo que hay que inclulcar la rigurosidad y el pensamiento crítico que caracteriza al científico, y promover las competencias genéricas, en el contexto de la disciplina. Si uno revisa los perfiles de egreso, los compromisos son grandes y no pueden quedar en el papel. También, desde una facultad de ciencias, considero nuestra tarea motivar a estos futuros profesionales a ser parte del conjunto de personas que aportará al desarrollo de ciencia y tecnología en el país y a promover STEM en la sociedad chilena. Pienso que eso se logra conversando, más allá de lo disciplinar, y como siempre, dando el ejemplo.

¿Qué proyectos espera concretar en el futuro?

Hay muchas ideas dando vuelta. En concreto para el 2019 estamos pensando con mi colega José Martínez, con quien trabajamos juntos, implementar e-portafolio enfocado en procesos reflexivos y de feedback para lograr competencias experimentales. También en la facultad tenemos que colaborar para diseñar e implementar la línea de talleres para el rediseño de Bioingeniería. Algo que me gustaría hacer a mediano plazo es crear una asignatura multidisciplinaria para cursos superiores enfocada a discutir y resolver problemas en el ámbito de la bioingeniería, biotecnología, informática, biomedicina y/o ciencias ambientales, espero que se concrete, hay que pensarlo.

¿Qué consejos le daría a un profesional que está iniciando su carrera en la docencia universitaria?

¡Colaborar! Ojalá no sólo con colegas de la facultad a la que pertenece. Así los proyectos en los que participen tendrán mayor impacto y obtendrán apoyo en aquellas áreas y tareas que no son su fortaleza. He tenido la suerte de conocer y colaborar colegas de nuestra y de otras universidades, ampliando mi visión de las tareas y necesidades, aprendiendo y forjando amistades que se han originado desde los intereses laborales, qué mejor ambiente para trabajar.

Algo que aportó al compromiso con el pregrado fue haber sido nombrada Jefa de carrera de Bioingeniería el 2009, labor que realicé por más de cuatro años.

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