El profesor Dante Figueroa de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas
Dante Figueroa, docente destacado de este mes, recuerda sus inicios en la Universidad y cuenta sus planes a futuro, además de dar algunos consejos a los profesionales que se están aventurando en el mundo de la docencia universitaria.
1.- ¿Cómo fueron sus inicios en el área académica en la Universidad?
Como alumno de la antigua Licenciatura en Física (cinco años con tesis) fui ayudante de varios profesores del entonces Instituto de Física, entre ellos los profesores Orietta Pantoja, Manuel de Orúe, Nelson Saavedra, Pablo Mining y Luis Braga. El año 1980 fui contratado como Instructor, trabajando en forma cercana al profesor Alberto Foppiano. En tal carácter hice un postgrado en Alemania, en los años 80, para volver al ya Departamento de Física, pasando más tarde al Departamento de Geofísica, cuando este fue creado. Siempre tuve bastante énfasis en docencia.
2.- ¿Qué podría destacar de su trayectoria como docente?
Mencionaría tres aspectos. Uno es la cercanía que desde joven pude tener con los alumnos, lo que me granjeó buenos amigos y me proporciona buenos recuerdos y alegres reencuentros. No es infrecuente que antiguos alumnos pasen por mi oficina para saludar, o encontrarme con exalumnos míos en distintos lugares de Chile, algunos de ellos ya cincuentones a esta altura.
En tales casos siempre recibo mucho afecto, lo que, por supuesto, es reconfortante. Lo segundo es que, por varias circunstancias, pude adquirir cierta experiencia en varias de las áreas del gran tema que es geofísica, entre ellas en ionósfera, durante el pregrado, en tierra sólida y en atmósfera durante mi postgrado, y en océano en mi trabajo posterior. Creo que tener formación en varias áreas me ha permitido entregar a los alumnos una visión más integral de los temas de nuestra especialidad.
Un tercer aspecto que podría mencionar es el intento de hacer docencia en temas transversales, no de especialidad, que puedan ser de interés a alumnos de muchas áreas en la Universidad. Dos ejemplos de eso son el curso “Introducción a la física de la música y del habla”, que creamos y dictamos con un colega del Departamento de Español, y un curso sobre ciencia en algunos aspectos del deporte, que estamos preparando para algún próximo semestre.
3.- ¿Qué diferencias observa entre los estudiantes de antes y de hoy?
Los alumnos hoy tienen acceso 24/7 a la información. Quizás por lo mismo no valoran tanto poner énfasis en los fundamentos de las disciplinas. Hay una tendencia a pasar lo más pronto posible a “las aplicaciones”. Quizás eso esté motivado en parte por las exigencias del mercado laboral, muy distintas hoy de lo que lo eran algunas décadas atrás, cuando ser profesional prácticamente garantizaba obtener un puesto de trabajo. Me parece que nuestros estudiantes actuales tienen mayor capacidad de crítica, lo que es una cualidad muy positiva, por supuesto. Sin embargo, siento que esa capacidad no se usa tanto en temas técnicos y disciplinarios, sino casi exclusivamente en los estructurales. Por último, admiro mucho la capacidad de “hacer” que tienen los alumnos de hoy.
4.- ¿De qué forma impacta un docente en la formación de sus estudiantes?
Más allá de los contenidos que uno pueda mostrar en clase, creo que la forma en que uno más impacta es sirviendo en cierto modo de modelo para los alumnos. No digo que yo lo sea, por supuesto; solo digo que, inevitablemente, un docente influye en sus estudiantes mucho más allá de las materias que muestra en clase. Eso conlleva, por supuesto, una enorme responsabilidad.
5.- ¿Qué proyectos espera concretar en el futuro?
Con 62 años ya cumplidos, mi “futuro” en la academia está bastante acotado. En estos pocos años en que seguiré haciendo docencia, y manteniendo el énfasis en el trabajo con los alumnos de Geofísica, sobre todo en energías renovables y en detección de tsunami, quisiera también dedicar algún esfuerzo a la ciencia del deporte en nuestra Universidad.
Me parece que existe una gran barrera entre la academia y, por ejemplo, los clubes deportivos de nuestra Universidad. Por ejemplo, olvidamos que el fútbol nació en lugares como Cambridge y Oxford, y dejamos que en todo el mundo hoy sea manejado por criterios económicos de grupos particulares. En ese sentido, nuestra Universidad está en una situación privilegiada, con clubes deportivos, en varias disciplinas, participando en las principales ligas del país. Podemos imaginar el impacto en prestigio que tendríamos si nuestros académicos, desde tantas especialidades distintas, y sin descuidar su propia disciplina, hicieran su aporte técnico para que nuestros clubes deportivos sean aún más exitosos.
6.- ¿Qué consejos le daría a un profesional que está iniciando su carrera en la docencia universitaria?
Reservar suficiente tiempo para la familia y para sí mismo. E, independientemente de la disciplina, no descuidar la espiritualidad.